No podemos negar que en nuestro caminar diario nos
topamos con personas que tienen un sentimiento muy agudo de rechazo, es decir que seguramente tú conoces a más de alguna persona que se siente rechazada o que es rechazada por diferentes personas o por diferentes circunstancias.
La verdad es que al hablar del Rechazo lo primero que se me viene a la mente es Jesús, porque el fue un ejemplo de rechazo, la mayoría de escribas, de fariseos o de autoridades de aquel tiempo lo rechazaban y no aceptaban que el fuera el Cristo.
Si por un momento reflexionamos en el rechazo que Jesús tuvo entre las personas de aquellos tiempos, nos daríamos cuenta que hoy en día también existe el rechazo.
El rechazo podemos verlo desde varios puntos de vista, pero antes definamos que es El Rechazo.
¿QUÉ ES El RECHAZO?
La Palabra rechazo viene de “Rechazar” el cual tiene varias definiciones, entre ellas:
- Contradecir lo que alguien expresa o no admitir lo que propone u ofrece.
- Mostrar oposición o desprecio a una persona, grupo, comunidad, etc.
UNA PERSONA RECHAZADA.
Una persona que se siente rechazada, es una persona que difícilmente podrá ser un vencedor, se le dificultará el éxito, ya que el mismo sentimiento de rechazo no le permite avanzar. Hay una gran diferencia entre: Ser Rechazado y Sentirse Rechazado. Muchas personas a lo mejor no son rechazadas por las personas, pero la misma inseguridad que existe en sus vidas los hace pensar y sentirse que lo son, esto esta mal, ya que esa clase de pensamiento lo único que harán en ti es llevarte a la derrota espiritual.
Jesús fue una persona que fue rechazado aun por sus mismos amigos cercanos Judas, pero El lejos de desanimarse por el rechazo que recibía cumplió a firmemente el mandato de su Padre Celestial.
El ser rechazado o no, no tendría que influir en nuestro caminar.

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